Consecuencias de no aceptar ni repudiar
una herencia en España

En el proceso sucesorio español, los herederos tienen tres opciones principales: aceptar la herencia, repudiarla o guardar silencio. Cuando un heredero no acepta ni renuncia, se genera una situación conocida como herencia yacente, en la que los bienes del fallecido quedan sin un titular claro mientras el heredero decide qué hacer. Este escenario es más común de lo que parece y tiene importantes implicaciones legales y fiscales.

En este artículo explicaremos qué significa no aceptar ni repudiar una herencia, cuáles son sus consecuencias legales y fiscales, y por qué es crucial tomar una decisión informada para evitar problemas futuros. Además, incluiremos casos prácticos y referencias a sitios especializados como Herencias Plus e Impuestos Herencias, que profundizan en estos temas complejos.

¿Qué significa no aceptar ni repudiar una herencia?

Cuando un heredero no manifiesta su decisión, la herencia queda en un limbo jurídico llamado herencia yacente. El patrimonio del difunto sigue existiendo pero sin un titular definido, generando incertidumbre para todos los involucrados. Legalmente, el heredero dispone del derecho (ius delationis) para aceptar o rechazar la herencia, sin plazo inmediato en el Código Civil español, aunque la jurisprudencia fija un límite máximo de 30 años para ejercerlo.

Este silencio puede ser útil para valorar la herencia, por ejemplo, para analizar si existen deudas o cargas fiscales, pero también puede ocasionar riesgos y consecuencias automáticas, que analizaremos a continuación.

Consecuencias legales de no aceptar ni renunciar a la herencia

Bloqueo del proceso sucesorio y posesión de hecho

Cuando un heredero no decide, la tramitación queda paralizada. Ningún bien puede repartirse ni venderse hasta que todos los llamados a heredar se pronuncien. Esto perjudica tanto a los otros herederos como al propio indeciso, pues los bienes pueden deteriorarse y acumular gastos o impuestos pendientes.

En este tiempo, es común que el heredero silencioso posea o administre algunos bienes (como vivir en la vivienda heredada o usar un coche), sin haber aceptado formalmente. Aunque la ley permite realizar actos de conservación o administración provisional (limpiar la casa, pagar gastos urgentes), usar o disponer de los bienes como dueño puede interpretarse como aceptación tácita.

Riesgo de aceptación tácita de la herencia

El Código Civil establece que ciertos actos equivalen a aceptar la herencia sin declararlo expresamente. Vender propiedades, cobrar deudas del fallecido, inscribir bienes a nombre propio o disponer del dinero de cuentas bancarias son ejemplos claros de aceptación tácita. Incluso ocultar o apropiarse de bienes puede implicar aceptación automática.

Por otro lado, actos puramente conservativos, como pagar gastos del entierro o mantener el inmueble para evitar su deterioro, no se consideran aceptación, siempre que no se actúe con la calidad de dueño.

Importante: pagar el Impuesto de Sucesiones en plazo no implica aceptación, ya que es un deber legal para evitar sanciones. El Tribunal Supremo ha dejado claro que liquidar impuestos no equivale a renunciar al derecho de aceptación o repudiar posteriormente.

Intervención notarial: la interpelación hereditaria

Para evitar bloqueos indefinidos, cualquier interesado puede solicitar la interpelación hereditaria ante notario (art. 1005 del Código Civil). Tras el fallecimiento, un notario puede requerir formalmente al heredero para que acepte o repudie la herencia. Si no responde en 30 días naturales, se considera que acepta la herencia pura y simplemente, asumiendo tanto bienes como deudas.

En algunas comunidades con derecho foral, el plazo y efectos del silencio varían, pudiendo interpretarse como renuncia. Pero en la mayoría del territorio, el silencio tras la notificación lleva a la aceptación automática, lo que elimina la posibilidad de seguir dilatando la decisión.

Consecuencias fiscales de no aceptar ni renunciar oportunamente

Aunque el heredero no acepte, debe cumplir con sus obligaciones fiscales. El Impuesto de Sucesiones y la Plusvalía Municipal deben pagarse en plazo para evitar sanciones y recargos. No pagar no elimina la deuda fiscal y puede generar problemas a futuro para todos los herederos.

Es fundamental entender que cumplir con el pago de impuestos no significa aceptar la herencia, pero la falta de pago puede complicar la sucesión y generar responsabilidades legales adicionales.

Riesgos de no actuar y recomendaciones

No decidir ni aceptar ni repudiar puede parecer cómodo, pero implica riesgos serios:

  • Puede entenderse como aceptación tácita por ciertos actos.

  • Los bienes pueden deteriorarse o perder valor.

  • Se generan cargas fiscales y administrativas.

  • Otros interesados pueden forzar una decisión mediante la interpelación notarial.

  • El derecho a decidir caduca a los 30 años, y puede complicar la sucesión para descendientes.

Por eso, es clave actuar con cautela y asesorarse bien. Evita realizar actos que impliquen dominio sobre los bienes antes de aceptar formalmente y busca ayuda profesional para tomar la mejor decisión.

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Consecuencias de no aceptar ni repudiar una herencia en España

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